En el camping El Brejeo de la localidad berciana de Vilela, situada a un kilómetro de
Villafranca del Bierzo, se encuentra ubicada una laguna artificial que brinda a los
aficionados la oportunidad de capturar salmónidos durante todo el año, resultando
especialmente atractiva durante la etapa invernal en que la veda en los ríos se encuentra
cerrada. Su creación ha sido fruto de la iniciativa de Eladio García González, gerente del
recinto, que apostó fuertemente por la pesca recreativa y que tiene en mente construir
un nuevo lago con obstáculos naturales y lleno de truchas gigantes que propicien mayor
satisfacción al pescador deportivo.
Esta pequeña laguna, situada en un bello entorno natural y que se alimenta de las aguas
del río Burbia, tiene toda su orilla empedrada y cuenta con zonas protegidas para la
practica de los más pequeños, pudiéndose realizar la pesca con muerte y llevarse las
truchas que se capturen, o sin muerte utilizando anzuelos sin arponcillo y devolviendo al
agua los ejemplares que se prendan en el anzuelo. Las truchas con que cuenta esta
laguna son de la variedad arcoiris y sus medidas oscilan entre los 25 y 80 centímetros.
La construcción de este tipo de estanques puede resultar complicada, ya que, según nos
comenta Eladio, la burocracia es larga y costosa económicamente, pues se necesita la
autorización de organismos como la Consejería de Medio Ambiente y Confederación
Hidrográfica, e incluso, como en mi caso, de Patrimonio Cultural. En este sentido, debo
de decir que el trato y predisposición de los funcionarios que intervinieron fue excelente y
siempre con el animo de ayudar y de que el proyecto saliese adelante.
Para este promotor berciano de la pesca recreativa, que además se dedica a la
agricultura ecológica, cultivando productos libres de pesticidas, fungicidas y metales
pesados, que se pueden degustar en el restaurante del recinto, las lagunas artificiales
son una buena alternativa para la pesca en invierno, que pueden completar la oferta
turística de la provincia, resultando un complemento de gran interés para la hostelería
rural, aunque a la hora de construirlas hay que ser conscientes de la problemática que
plantean y que estriba principalmente en el mantenimiento de la salud de las truchas,
para lo cual es preciso cuidar mucho la calidad del agua y su alimentación, relató.
Además, manifestó que otro factor a tener en cuenta es la acción de los depredadores
como el cormorán, que me obligan a poner redes de protección para evitar que se lancen
sobre los peces. También, las nutrias abundan actualmente en esta zona y cuando
escasea la comida en el río nos visitan y toman su ración. Pero estos son aspectos que
tengo asumidos, ya que veo la depredación como una ley natural y pienso que los pobres
animales necesitan alimentarse y no entienden de propiedades. Somos nosotros los que,
con la contaminación y un sin fin de actuaciones agresivas para el medio natural nos
hemos entrometido en sus ecosistemas, y en cierta medida les obligamos a salir de ellos
para poder subsistir, afirmó.